Este jardín costero, recientemente terminado, supone un buen ejemplo de cómo resolver los cambios de nivel e integrar los diferentes usos esperados para el espacio.
El agua, como recurso disponible en la parcela, se pone en valor y surgen una serie de cascadas y lagunas que marcan el carácter de una zona del jardín.
Se puso especial cuidado en la implantación del arbolado para preservar en todo momento las vistas desde la vivienda y a la vez resolver situaciones en las que el objetivo era filtar vistas de escaso interés.
Se plantea una zona de piscina y solarium con chill out rehundido que se comunica con la zona más amplia ajardinada.
La vivienda se posa sobre el terreno a diferentes niveles, surgiendo la necesidad de conectar cada una de ellas y relacionarlas con el jardín.
La combinación de zonas planas, ataluzadas y otras aterrazadas en las cuales el terreno se contiene con muretes de acero corten a modo de gradas, permiten salvar el desnivel con una actuación muy natural y con mínimo impacto paisaístico.