El estilo arquitectónico de la vivienda, de formas enérgicas, requiere soluciones simples y plantaciones sencillas.
Se trata de un jardín minimalista, con plantaciones en bloque, entorno a una vivienda situada en la costa.
Un jardín complejo en cuanto a la topografía y su situación en primera linea de mar.
La selección de especies vegetales es en este caso, más que en otros, fundamental debido al papel que juega cada una de ellas.
Un bosquete de abedules acompaña y ducifica la entrada a la vez que filtra la visión de la vivienda desde el exterior. Sus troncos blanquecinos armonizan con las tonalidades y texturas continuas de la vivienda.
La plantación en masa de una especie como el Pitosporum tobira nana, estructura los parterres. En la zona enfrentada al mar, en contacto con la piscina, un ejemplar singular de Tamarix capta toda la atención como si de una escultura viva se tratase.