Un jardín paisajista, en el que el restaurante parece estar situado en el claro de un bosque.
La ubicación de la parcela, su enclave privilegiado con vistas sobre la Ría de Pontevedra, y las necesidades previstas para el uso del jardín, marcaron el diseño.
El parterre de abedules propuesto para la entrada nos recibe al aproximarnos al edificio, con plantaciones informales.
Se trataba de completar la experiencia sensorial que supone visitar el restaurante, creando un ambiente general en armonía con su entorno.
Organizar, estructurar y ajardinar la parcela, al tiempo que se estaba llevando a cabo la construcción del restaurante, todo ello para poder disponer de un jardín de apariencia consolidada en el menor tiempo posible, quizás ha sido uno de los retos más complicados y a la vez gratificantes que se me han presentado.